Claves para sistemas de pensiones más equitativos, inclusivos y sostenibles

Los desafíos de los sistemas de pensiones en nuestra región, y en el resto del mundo, no son menores. América Latina y el Caribe estarán viviendo en las próximas décadas un envejecimiento poblacional incluso más acelerado que el de Europa. Antes que nos demos cuenta, tendremos no solo a muchos adultos mayores de 60 y 70 años. También contaremos con varios octogenarios, nonagenarios y centenarios.

Al desafío de una mayor longevidad junto a una menor tasa de natalidad se suma la pandemia de COVID-19. Esta ha traído consigo la pérdida de millones de puestos de trabajo en nuestra región. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, países como Chile, Colombia y Costa Rica aún no han vuelto a los niveles de empleo que tenían antes de la pandemia. Además, la crisis sanitaria ha afectado desproporcionadamente a las mujeres, ya que ellas trabajan en los sectores de la economía más afectados por la pandemia. Y no solo eso. Históricamente, son las principales encargadas de los cuidados dentro de una familia. En México, por ejemplo, entre febrero de 2020 y septiembre de 2021 el empleo femenino se redujo en un 2,6%, mientras que el empleo masculino lo hizo en 0,2%. Nicaragua tiene cifras aún más alarmantes: 9,7% de reducción en el empleo femenino desde marzo de 2020 comparada a una reducción del empleo masculino de 2,5%.

Al desafío de una mayor longevidad y una menor tasa de natalidad, los sistemas de pensiones se enfrentan a la pandemia de COVID-19

El futuro de las pensiones en el Global Pensions Programme

En este retador escenario mundial culminó, a principios de diciembre, la novena edición del Global Pensions Programme. Se trata de un programa coorganizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, Novaster, la Asociación Internacional de Organismos de Supervisión de Fondos de Pensiones (AIOS), la London School of Economics y BeWay. Además de los retos de futuro que suponen la longevidad, la pandemia actual y las desigualdades de género para los sistemas de pensiones, se trataron otros temas de gran relevancia, como:

  • la digitalización de las instituciones de pensiones y de los servicios que éstas ofrecen
  • la incorporación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en los procesos de inversión de los fondos de pensiones
  • la calidad de la atención a los usuarios de los sistemas de pensiones
  • la influencia de la economía política en las pensiones y una evaluación de los 20 años de la ley que estableció un régimen de capitalización individual con contribución definida en República Dominicana.

Desde las diferentes instituciones participantes en el Programa, existe un gran consenso: es necesario avanzar hacia sistemas de pensiones más inclusivos, sostenibles y equitativos. Las mujeres, los nuevos tipos de trabajo y el riesgo climático deben recibir especial atención en los sistemas de pensiones del siglo XXI.

Retos y soluciones para los sistemas de pensiones

Para lograrlo, la digitalización es una gran aliada, como también lo son la economía del comportamiento y la educación financiera. La sociedad y las formas de trabajo existentes hoy son muy distintas a las que existían cuando nuestros sistemas de pensiones fueron inicialmente concebidos y establecidos. Por lo tanto, es necesario adaptarlos a las características del nuevo mercado laboral y de una sociedad cada vez más longeva.

La digitalización, la economía del comportamiento y la educación financiera son necesarias para sistemas de pensiones más inclusivos, sostenibles y equitativos

Las pensiones no contributivas introducidas en América Latina y el Caribe en los últimos años han sido fundamentales para incluir a colectivos antes no cubiertos por la seguridad social en la región. Pero también es muy necesario avanzar hacia su integración con los pilares contributivos y repensar parámetros clave de los sistemas de pensiones. Entre ellos, la edad de jubilación, la tasa de contribución y los requisitos para acceder a una pensión.

No menos importante es la consideración de una visión holística de esta etapa de la vida, ya que el adulto mayor es un partícipe integral de la sociedad. Su mayor longevidad debe traducirse en más posibilidades de aprendizaje y desarrollo profesional, así como de acceso a servicios de salud y cuidados de calidad, y de actividades que le proporcionen bienestar físico y mental.

Estamos delante de importantes desafíos para nuestros sistemas pensionales. Puedes (re)visitar la visión de grandes expertos en estas materias en la página de la última edición del Programa. Mientras, ya estamos pensando en la próxima convocatoria del Global Pensions Programme.

¡Te esperamos en 2022!

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